sábado, marzo 06, 2010

We are the ones who make a brighter day... We are the world - USA 4 Africa

Justica, equidad y solidaridad

A fin de identificar la relevancia de la relación entre el pensamiento sociopolítico y ético inmerso en la globalización económica, es preciso establecer la posición de Philippe van Parijs respecto a la justica, la equidad y la solidaridad que se presenta en la misma, especialmente en el enfrentamiento de los estados del norte versus el mundo latinoamericano.

La sociedad justa se establece en el marco de la aplicación específica de libertades fundamentales para cada uno de sus miembros, se fundamenta en la posibilidad de acceso a las diversas posiciones sociales, por tanto ningún miembro es discriminado, y por último, la desigualdad económica se combate con mejores oportunidades socioeconómicas para los menos posicionados socialmente.

Apel establece una dura crítica en el ámbito de las sociedades multiculturales, indica que la justicia se fundamenta en la dependencia de la cultura que da origen a la propia sociedad.

Van Parijs establece estrecha relación entre sus ideas y la escuela social lovaniense, dictamina que la sociedad debe estar extinta de ideologías materialistas y opulentas. Expresa que la solidaridad debe ser un valor social afirmado y practicado en su sentido ético más estricto.

La solidaridad interpersonal debe prevalecer en esta especie de restauración de la sociedad hacia el interior y hacia el exterior de la misma. Es decir, la solidaridad debe ser entendida recíprocamente, tanto por los elementos que conforman una nación y por los que emigran hacia otras.

La tolerancia y la solidaridad deben ser concebidas como la justicia que priva en la libertad fundamental del ser, debe establecerse una igual estricta que permita la experimentación de las relaciones que van más allá de una generación, de una clase o de una nacionalidad específica.

Las instituciones deben ser instauradas para lograr atender éticamente a todos los miembros de la sociedad (los opulentos y los necesitados, los indígenas y las mujeres…) desde una perspectiva global, fundamentada en el funcionalismo de la justicia de la sociedad local.

La acción social es vista a través del enfoque globalizado de Van Parijs, la aplicación de la justica, la equidad y la solidaridad requiere una concepción liberal, una visión universalizada, precisa una reconstrucción de concepciones culturales que normen este nuevo concepto de humanidad.

“Sostener una concepción liberal de la justicia, tolerante e imparcial entre las diferentes concepciones de la vida buena - es decir, libertad real para todos-, es el único modo de superar los limitantes de la ética en un mundo globalizado”

Referencia bibliográfica: SALAS, Ricardo, “Normatividad, ética y concepciones solidarias de la justicia en Van Parijs”, en M. FIGUEROA y D. MICHELINO (comps.), Filosofía y solidaridad, Santiago de Chile, Universidad Alberto Hurtado, 2007, pp. 199-224


Opulentos: adj. Que tienen abundancia o riqueza excesiva de bienes.

I need your grace to remind me, to find my own... Chasing cars - Snow Patrol

Libertad y límites de la autoridad de la sociedad sobre el individuo.
Dos conceptos que se encuentran entrelazados y son insoslayables en la vida armónica del individuo. Las actividades diarias del individuo, sean cuales fueren sus características de pensamiento, sentimiento, religión y moralidad son regidas, como un estigma, por ambos conceptos.
La libertad reposa no solo en el derecho propio sino en las obligaciones, las cuales llevan al individuo a gestionar parámetros útiles en la convivencia social que le resulte satisfactoria principalmente a él mismo y posteriormente al resto de los individuos que conforman la sociedad.
La complejidad de la libertad, su comprensión y aplicación, radica en la poca o nula tolerancia que el individuo reserva para sus congéneres, como lo asevera Mills “para el hombre medio, su preferencia personal no sólo es una razón perfectamente satisfactoria, sino también la única de donde proceden todas sus nociones de moralidad, de gustos y conveniencias no inscritas en su credo religioso; es incluso su guía principal en la interpretación de éste”
La sociedad que rige al hombre ha creado instituciones para establecer las directrices de desarrollo y convivencia, el gobierno, la religión, las leyes, entre otras, así mismo establece prioridades básicas entre sus miembros, solventadas por la libertad de conciencia y opinión, libertad de gustos y de inclinaciones y libertad de asociación entre los individuos. Empero es la misma sociedad la que marca los límites irrestrictos de las relaciones, ya que establece sincrónica y diacrónicamente la legitimidad de las acciones de sus miembros. La sociedad justifica el cese de la libertad y la desaprobación moral así como el uso de la fuerza cuando las acciones del individuo perjudiquen a otros.
Mills genera la preponderancia de las virtudes personales y manifiesta sin menoscabo, “Es asunto de la educación el cultivarlas a todas por igual. Pero la educación misma procede por convicción y persuasión, así como por obligación; y solamente por los dos primeros medios, una vez terminado el período de educación, deberían inculcarse las virtudes individuales”
En la sociedad la función del gobierno es controversial, los individuos no han aprendido a considerar como suyo, el poder del gobierno y las opiniones del mismo como sus opiniones. El individuo se aísla cuando sus convicciones le son convenientes y pide la intervención del gobierno cuando sus capacidades son rebasadas.
“El único objeto, que autoriza a los hombres, individual o colectivamente, a turbar la libertad de acción de cualquiera de sus semejantes, es la propia defensa; la única razón legítima para usar de la fuerza contra un miembro de una comunidad civilizada es la de impedirle perjudicar a otros; pero el bien de este individuo, sea físico, sea moral, no es razón suficiente”


Menoscabo: m. Disminución del valor, la importancia o el prestigio

Hundidos en el olvido se perdieron tus instintos... Dime Jaguar - Jaguares

La ciudadanía en la era de la globalización

Existen grandes conjeturas pero pocos hallazgos para determinar la solvente influencia de la globalización en los procesos democratizadores, políticos, económicos y culturales, entre otros, de los Estados – nación y por consecuencia de sus ciudadanos.

La perspectiva de Will Kymlicka determina similitudes y diferencias con David Held. Existe apoyo irrestricto a ciertos aspectos, pero cuestionamientos fundamentados en la vida política y económica actual de diversos países inmersos en éste fenómeno.

La tesis de Held, establece en la generalidad, que la legitimidad y estabilidad de los sistemas políticos se desgasta por la insatisfacción participativa de los ciudadanos. Considera la soberanía histórica como uno de los principales elementos que se debilitan al “aceptar decisiones” que en teoría son tomadas por consenso global, dicha acción establece la necesidad de la participación de instituciones transnacionales en la toma de decisiones en los aspectos que implican el sentido ciudadano regional de los individuos.

Kymlicka, respecto a la ciudadanía nacional, resulta crítico en su deliberación pues afirma que difícilmente antes de la globalización los países tercermundistas (qué son los más) lograron ostentar una libertad de acción en los aspectos políticos y económicos. Establece una teoría comprobada casi en su totalidad, la cual refiere que la dependencia de los mercados financieros es el resultado del endeudamiento internacional, práctica consuetudinaria de algunos gobiernos.

Desmitifica, además, el hecho de que las compañías encuentren estabilidad al trasladar sus operaciones a zonas con menos cobro de impuestos y obra de mano ya que esta acción limita especialmente la aplicación de apoyos en las garantías propias del ciudadano nacional: seguridad, atención sanitaria, combate al desempleo, entre otras.

Dictamina fehacientemente como los gobiernos, basados en sus políticas y cultura domésticas responden de forma diferente a la economía global, consecuentemente, afirma cómo la falta de corresponsabilidad de las naciones desmorona la visión totalitaria de la globalización. Ilustra el accionar erróneo de los ciudadanos, exponiendo la visión parcial que refiere exclusivamente a su propio provecho y convencimiento de que la perspectiva de sus decisiones políticas, económicas y culturales representan un bien común, más allá de sus fronteras.

La política nacional, según Kymlicka, reside en un fundamento oportunista y sesgado, ya que las propias legislaciones allanan el camino para permitir a quienes están en el poder que lo sigan ostentando y dejan de lado la participación y beneficios de la ciudadanía. Establece que la globalización no es el “síntoma” de ello, la “enfermedad” está dentro de la misma estructura de Los Estados – nación.

Respecto a la ciudadanía transnacional, determina un panorama simple: el alcance de la ciudadanía democrática refiere a la escena nacional exclusivamente. Sólo aspectos como los derechos humanos y democracia deben ser considerados como cosmopolitas, ya que la legitimación colectiva debe estar fundamentada en instituciones políticas internacionales.

“Hay mucho que hacer para proteger y potenciar el papel de los ciudadanos y, si no nos decidimos a hacerlo, el fallo no es imputable a la globalización sino a nosotros mismos”.

Referencia bibliográfica:

Kymlicka, Will, “La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía. Cuarta Parte Cap. 15

La Ciudadanía en la era de la globalización: Un comentario sobre la tesis de David Held. Paidós, 2003


Desmitificar: tr. Disminuir o despojar del carácter mítico o idealizado a algunos aspectos de la realidad